Desde tiempos remotos, el Arte ha funcionado para los hombres como portal, como posibilidad para acceder al mundo de lo espiritual, de lo no visible, permitiéndole ampliar su conciencia.
En el pueblo shipibo los diseños de sus telas tienen un sonido; recorriendo el entramado de sus líneas el artista canta aquello que ha pintado. Los colores, las formas y los sonidos emiten una vibración que nos lleva a conectar con lo profundo. También los médicos tradicionales curan con cantos. Los artistas siempre han tenido la sensibilidad para percibir y transmitir saberes esenciales en sus obras.